Ruta Escénica Farellones - Valle Nevado

Chile es un país de rutas y paisajes. Todavía podemos recorrer grandes tramos de camino en los que la mirada se pierde tratando de abarcar el territorio. Carretera Austral, el desierto de Atacama, Aysén, Patagonia, la Cordillera, la costa de La Araucanía. En fin, son muchos los caminos que se internan por lugares que nos permiten sentir, aunque sea por momentos, como si fuéramos los únicos en la tierra. En esta nueva serie de artículos, te llevaremos por algunas de las rutas escénicas más espectaculares de Chile.

Sorprendentemente, no es necesario ir a lugares remotos para encontrar rutas escénicas. El camino de Santiago a Farellones-Valle Nevado es uno de ellos. Transitado en invierno con apuro para llegar al preciado destino de la nieve, en verano permite otro ritmo, más atento, para buscar las luces y atardeceres que se convierten con las grandilocuentes nubes veraniegas. ¿Te has fijado cómo cambian las nubes durante el verano en la cordillera? Se vuelven más voluminosas, anunciando muchas veces las tormentas estivales y crecen verticalmente, como si aprovecharan los rayos del sol y los largos atardeceres para desplegar su belleza.

Cuando las carreteras hacia el sur o el litoral se atochan, enfilar hacia la cordillera parece un panorama inédito. El camino prácticamente para ti, claro que hay un tramo en el que deberás tener algo más de precaución, sobre todo mantener distancia de los ciclistas que circulan en la ruta. Son en total 40 curvas angostas, cerradas y empinadas antes de llegar a Farellones. Aunque son solo 34 kilómetros, te puedes demorar fácilmente todo el día, combinando con algún sendero o visita a los miradores. Eso sí, aparte de un quiosco frecuentado por ciclistas en Corral Quemado (justo antes de empezar las curvas), existen pocos lugares donde abastecerse, así que te recomendamos llevar tus provisiones.

Crédito: Ari Maldonado

“Siempre me han gustado los atardeceres. Mirar directamente al sol, aunque nunca olvido el consejo de un gran fotógrafo que me dijo: cuando estés contemplando el atardecer, mira hacia atrás y ve lo que está siendo iluminado...Estas fotos corresponden a ese momento. Es un lugar muy tranquilo, muy cerca del cruce Farellones-Valle Nevado, entre la quebrada las Masas y la quebrada Maquicillo, con vistas al Valle del rio Molina”, dice Ari Maldonado, fotógrafo.

Internarse por una ruta escénica implica detenerse, bajarse a fotografiar, a respirar profundo para llenar los pulmones y contemplar los colores de la montaña. Uno de los sitios con mejor vista de la zona es el Mirador de los Vientos (curva 32 del camino a Farellones, te internas por un sendero señalizado) verás todo el cajón de Corral Quemado y de Yerba Loca, coronado por Glaciar La Paloma, los cerros Altar y El Plomo. Otro mirador imponente es Los Tres Valles (en la curva 16), con vistas panorámicas a la cuenca del Mapocho y valles contiguos con toda su flora y fauna. Y, a 2.300 metros de altura y cercano a Valle Nevado, Plaza de los Pumas es un mirador perfecto para ver la puesta de sol, requiere eso sí, una pequeña caminata.

Desde Farellones a Valle Nevado son sólo 12 kilómetros entre las alturas de la cordillera (entre 2.400 y 3.030 metros) con impresionantes vistas de acantilados y cumbres por donde pueden observarse, con algo de suerte, cóndores con su magistral y suave vuelo. Y atardeceres como este.

Crédito: Ari Maldonado

Recomendaciones para el viajero sustentable:

• Esta es una desconexión completa: te recomendamos llevar agua, líquidos y un picnic para disfrutar al máximo tu día.
• No arrojes basura, llévala contigo de vuelta.
• La radiación es fuerte en la cordillera en verano. Además de bloqueador, lleva gorro, lentes de sol y una botella de agua en todo momento.
• Unos binoculares te pueden ayudar a apreciar la flora y fauna local.